martes, 19 de octubre de 2010

Y AHORA QUÉ….? By Jorge Sors. (Quizás en otras vidas…!) 18/10/10

Y AHORA QUÉ….? By Jorge Sors. (Quizás en otras vidas…!) 18/10/10


Años ausentes, dispersos, tus deseos y mis proyectos, mi lado de la cama extremo, arduo y doblegado, el tuyo ardiendo, infame y latente. Transcurrieron las mentiras, el amor en el trastero, archivado bajo llave, oculto de nuevas oportunidades. Monotonías transcurridas, tasas, platos y vasijas sucias agolpadas en la cocina, el café de la amargura y el saludo a la mañana sin sentirlo.
La mueca del hasta pronto y el no sé a que hora vuelvo, la llamada perdida, la propuesta vencida, sin coartada bajo la manga, ya no hay trucos, ya no hay miedo, el fervor ha muerto y se esconden los abrazos en el ropero. Zapatos vacios de caminar a tu lado, fusibles quemados y ceniceros repletos, borracho escapando a la verdad.
Sigo renuente a enfrentarte, se arruma otro día más y  lo asumimos como parte del estribillo, el coro ya nos lo sabemos. Botellas desfilan con tu nombre al basurero, el hambre ya no es una necesidad, se come lo que encuentras y se desperdician los placeres.
Siguen turbias las visiones, se apartan los latidos, no sabemos si vamos o llegamos. Arruinada la ilusión, los muebles llenos de telarañas acuden a tu esquivo paso. Sobre el suelo quedan las migajas, las flores ya marchitas han podrido el agua en el florero. El equipaje casi listo para un viaje sin boleto, ya no importa cuál será el panorama, si hace frio o escurre el sudor sobre las mejillas.
Lagrimas imprudentes aun no aclaran si son puras las intenciones  o una  treta plausible de actuaciones carentes de público.
La alambrada y el muro lo custodian el abandono y el suspiro de cada una a su lado, tú en tu sitio y yo en el mío, y más te vale sigas lejos del mío. Pecado de ansiedad, añoranzas afloran nuestros miedos, y nos envenenamos con foráneos compañeros que al final siguen dejándonos solos.
Extrañándote a mi lado, compartiendo un suelo frio y que conoce de guerras perdidas y batallas encarnecidas, de gritos de dolor, llanto y melancolía, de verdades y mentiras, de gemidos y valores.
Ya no nos queda nada, nos dejamos solos, ¿cual recuerdo es el correcto?, ¿cómo sabes lo que digo? si el orgullo y el rencor te han vuelto sorda.  Somos buenos repartiendo culpas, pretextos y manos llenas de carencias, solo nos consuela el saber que repatriamos los engaños y deportamos los presentes en la lucha de poderes.
Pisando los vidrios de la escena pasajera, los secretos personales, y los desvelos enjugados con papeles arrugados, no llegaron nuestras cartas, nos creímos muertos aun sin haber comenzado la guerra.
Ya no existe el árbol que comparte nuestros nombres, y su leña hecha ceniza ya no puede secar lo que humedece tu rostro y ahogar el frio que cala como espina en nuestras lenguas.
Mi voz ya no reclama, entregado me dejo caer, recuerdo las sonrisas, irónicos momentos que ahora solo aburren y recuerdan que la vida ya no regresa.
Ya no aprecio el firmamento estrellado, ahora sigue mi nombre libre y orgulloso, pero ahogado en llanto, ¿cuándo volverá el corazón a su postura correcta?, y desdoblara sus retorcidas heridas. Se acumulan los clavos que he aferrado sobre el cerebro,  conscientemente  buscaba sanar absorto el  fracaso y  las heridas. Ya nunca volveremos al muelle donde atracamos nuestras ideas compartidas y las noches de vodka.
Ahora en que piensa el amor, ya no se nombra, ya no tiene arte, donde han quedado las piezas que deje para ir marcando el camino, ahora no las encuentro y no sé como volver a ti.
Quien diría que lo que un día parecía  puro y sagrado ahora se haya disperso, ahora ha dejado la cofradía y no es más que un cumulo de apatías. Lo que iba de la mano ahora transita lejano apartado por ríos de calles, despertares, desconocimientos y hastío. Convulsiona el instinto, se ha muerto la pasión, y yace constante generando el tropiezo y agudizando la agonía. Ésta casa tan grande se estrecha sobre nosotros y ahora me estorban tu presencia y la mía. 
Colecciono mis besos no entregados sobre la repisa donde aparcaba mis discos favoritos, las cortinas cerradas siguen mostrándome cuanto te extraño, y la nada se dispone tras de mí, sintiéndola ahí conmigo, ausente de ti. Ya no sé si te fuiste, el recuerdo sigue aquí, me persigue y me agobia, confundo mis ropas en una búsqueda frenética por hallar las tuyas donde han solido estar.
Injusto el tiempo transcurre haciéndome llegar tarde a la dicha y la fortuna, desesperado y con miedo ahora ya no reconozco el transitar de las horas ni sé donde deje lo que soñé.
Solo me queda inventarme un mundo que ya no me haga participe, jubilado a tus deberes y libre de mi mismo, nunca he existido.




1 comentario:

  1. Apreciado Jorge:
    Felicitaciones por tu blog.
    Encontré textos interesantes. Gracias por compartirlos.
    Un saludo cordial
    Analía

    ResponderEliminar