jueves, 21 de octubre de 2010

Insomnio en AgoNía…! By Jorge Sors. 21/10/10.

Insomnio en AgoNía…! By Jorge Sors. 21/10/10.

Me dispuse a soñarte y me embargó la pena, la ausencia de tu ser posado silente a mi lado, acurrucada entre mis sabanas y con tus pies rozando los míos, tu rostro sonriente en un plácido descanso, tu suaves mejillas piel de durazno que indudablemente me evocan caricias tiernas y distantes, tus ojos cerrados prometiendo un hasta luego que se desharía la mañana siguiente.
Esas noches de desvelo y angustia, donde me atrapa la ansiedad y divaga la mente entre situaciones que requieren una inmediata atención y problemas que se sobrecargan con la luz de la luna lejana, un corazón inquieto retoma la marcha y la respiración se desboca pues intento calmarme sin obtener una respuesta que me devuelva la calma, se que nada puedo hacer en ese preciso momento para remediarlo, pero no encuentro la cura para los ojos llorosos y la mente reciclando memorias y reproduciendo diapositivas de fracciones que quedaron latentes.
Trato de tocarte pero no estás presente, solo encuentro tu almohada, esa que dejaste aun tibia tras tu partida, y aunque solo sea casi imperceptible aun guarda tu esencia, tu calor y tu dormitar silente de sombras abstractas que dibujan los tenues rayos de luz que se filtran por las persianas.
Me reprocho por lo inconcluso, por lo que dejamos sobre la mesa y lo que esparcimos sobre tierra fértil, que luego el verano quemó en su ardiente sequía de roses y besos sinceros. Miro el reloj, las 3:10 anuncian las manecillas, y  me alejan aún un tropel de segundos de cesar  ésta pesadilla, que me mantiene despierto y sentado contra el respaldo de la que fuese la más pura morada de los amantes en total entrega.
Respiro profundo creo ver sombras agazaparse por  las esquinas, fantasmas de tiempos perfectos que no supimos valorar, me atormentan ahora reflejando una terrible soledad.
Donde y con quien estarás, seguro a resguardo te han puesto en tu nuevo lecho, puede que sólo sea una idea amarga, saberte entregada en otros brazos, pero puede secarse la fuente esperando que caiga el rocío de una nube gris, que sobre mi advierta tu regreso. Iluso sostengo pétreo el manojo de frases que llenaban nuestro alfabeto. Mis labios permanecen agrietados como la tierra árida, mi cuerpo se seca lentamente, ya no hay un alma que me contagie de afecto y vuelva a la vida un corazón muerto.
Se han ido los amigos, y los domingos compartidos. Los agregados a tu lado de la barrera se han pasado, ahora esquivan la mirada y me tratan de indeseable, me acusan de culpable y han dispuesto la sentencia de por vida o varias cadenas perpetuas, que purgue solo tu pena, cuando la mía ya no ha dejado restos que corroer dentro de la celda del abandono y el dolor.
Melodías que traen pesadas letras desorientan mis sentidos, afloran los egos vencidos, los barrotes ya oxidados que dispusimos al final de nuestras discordias han contaminado mis tardes, y dejan fragmentos desgastados sobre mi regazo, que acumulo en un frasco cual reliquias de un prospero artista del canto y la guitarra.
Poco a poco, retorna el sueño y me vence el cansancio, son ya las 5:20, y ahora si me entrego abatido, bloqueando los sentidos y arrancando los cables de la conciencia, sigue corriendo el reloj, pero ya no detonará el cinturón de explosivos que envuelve al corazón. No quiero despertar, me espera otro día sin ti.  

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