sábado, 16 de octubre de 2010

Floreciendo aún, ya Te EncUentras AuSente…! By Jorge Sors. 16/10/2010.

Floreciendo  aún,  ya Te EncUentras AuSente…! By Jorge Sors. 16/10/2010.

Carente de una respuesta, se torna insolente, airado y difama contra su creador, difumina su repudio, y asume posturas abruptas colmadas de insanas tensiones. Exige respuestas, ¿por qué apartarlo de lo que el mismo ha creado desde sus más profundas entrañas?, de lo que ha venido cargado de su sangre y su esencia, que lleva la semilla que será fértil en campos futuros, esa que procreara su linaje y postergara en la memoria sus historias y sus nombres. Tallo creciente que asoma sus primeros brotes, aun sin formas conscientes y sin sentirse presente, apenas enraizado pero con solo una leve brisa puede quebrarse, ¿Por qué llegas y aplastas su frágil figura, lo dejas desvalido y ahogado en sollozos sobre la árida tierra que ensucia su rostro?, me dejas viéndolo deshacerse frente a mis ojos sabiendo que nada puedo hacer ya para reanimarle, impotente ante tus designios te demando consideres tus actos y me lo devuelvas, veo mi propio ser esparcirse disuelto y agonizante, soy yo mismo que muero con él, ya nada dentro de mi será igual y tú me has arrastrado a eso, como no sentir que me abandonas y dejas que la forma que con tanto esmero, dedicación y afecto forme entre mis manos a pulso sobre barro y agua hasta hacerlo imagen de mi propia titularidad. Volviendo sus formas a fundirse con la madre tierra ya nada me queda más que su recuerdo y mi amargo destierro de la senda que compartí a su lado, sus quejidos retumban ensordeciéndome como campanas que anuncian la proximidad de las fiestas eclesiales.  Creí en tus preceptos y sostuve fuerte mi confianza en que estarías siempre a mi lado, ahora cuando pedí tu clemencia te apartas y desoyes mis ruegos, te negaste a voltear tu rostro y observar las lágrimas que derramaba sobre el retoño marchito que ya inerte se entregó al sueño eterno. Como sentir si mi corazón se ha secado y ha perecido a la felicidad, sigo ahora ausente a ti, intolerable a tu presencia y blasfemo a tus palabras, me declaro en rebeldía y nunca dispondré tregua entre nosotros, pues solo tú podías ayudarme y me has dejado caer. Contemplo solitario la tierra que te ha devorado y te ha devuelto al elemento, otros podré formar con los mismos componentes, pero ya no serás tú. Tú perdida ha sido irreparable, he preparado la carga que me doblegara ante posibles composturas, pues deseo seguir entregado a reconocer que no estarás, y a gritar tu nombre en esas frías noches lluviosas que recuerdan cuando te mantenía ceñido entre mis brazos dándote abrigo.
Tú creador, te has acercado sigilosamente a mí, creyendo que no se que estas ahí, pero sabes que no quiero verte, y no te perdonare. He recibido tus mensajes, tus emisarios diversos han palidecido ante mis despliegues de furia y frustración, y ya no han vuelto. Guardo solo una foto tuya en un escollo de mis gavetas, pero aunque sé que está ahí no he sido capaz de volver a verla pues tu pura imagen me recuerda la perdida y recrudece el sabor amargo que corre lento y desciende estirándose por mi tráquea, tu rostro, en esa imagen se refleja como frente al espejo el mío. Confundes por momentos los pilares que fundamentan mi carga, y me desplomo.  Otros han venido a mí, foráneos y propios, ahora son parte de la rutina y el paso del tiempo en su lento transitar sobre lejanas tierras que he dispuesto para no ver la poca cuadricula que cubre los despojos del que ya no está.
Me han dado brebajes, untado ungüentos y bálsamos y han probado que sigo renuente a confortarme. Hay otras figuras a las que he dado vida, he juntado arena, tierra, minerales, rocas y agua de diversos mares para hacerlos diferentes a ti, pues tu siempre seguirás siendo único, mi único ausente.
Ahora viéndome viejo, mis raíces se han secado, mi hojas amarillentas ya no producen encanto, ya no produce mi ser abundantes frutos, ni riegan mis flores de fértiles semillas el campo donde he dispuesto mi última morada. Pronto estaré pétreo y seco, hueco y podrido, en mi partida arrastrare conmigo todo lo que me sucedió y pido volver a encontrarme contigo, mi inolvidable ausente, me fusionare  con  la tierra y volveré contigo, justo ahí donde comenzamos encontrare la paz.

Nota: no es lo mismo escucharlo, que sentirlo. No es lo mismo narrarlo que vivirlo. Por eso lo dedico a quienes se que pueden entenderlo, y aunque mis palabras sean solo eso, espero encuentren la paz y dejen fluir el perdón en su corazón. Hay que dejarlos ir…, aunque sea profunda la herida, siempre sanará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario