¡Tu ReaLiDad!... 28/09/10 by Jorge Sors
Se perfila ausente y enceguecido, con lienzos gruesos y obscuros intenta obstruir las visiones, un lazo férreo los contrae hacia su nuca, aprieta fuertemente los ojos cerrados hasta lesionarse, y aun así añade dramatismo a la escena apoyando con máxima rudeza sus palmas contra sus párpados. Cruelmente se engaña, se obliga a creer que no quemaran sus ojos las imágenes que tanto se niega a reproducir en sus visores, así también sella su boca, cose sus labios y no deja lugar para la infamia e improperios que pudiese declamar. Sus tímpanos ha lacerado, prefiere el silencio eterno que el tronar de sus reparos, las mentiras y risas nerviosas que ofuscan su albedrío. Sabe que debe actuar, no se puede negar lo que está concluso, lo que se ha esparcido sobre tu ser y que recorre tu cuerpo, lo que quema como el ácido y corroe como el oxido. La realidad está ahí, aunque la disfraces con coloridas túnicas y dibujes colores radiantes sobre su pálido rostro, obligues una sonrisa y dispongas palabras dulces que han de exhalar por su boca. Atiéndela ella esperará por ti todo lo que sea necesario, te perseguirá aunque dispongas desiertos y mares cual frontera infranqueable, fosas cavadas con las manos que abrigan fieras y hedores, que confundan y traten de doblegar su voluntad, pero no resultara, ahí a tu lado volverá a estar cual sombra proyectada tras de ti. No huyas más, repara en lo que debes, salda la deuda, aboga por tu causa al ser supremo y declárate firme y consecuente, avanza doblegando el embate, cúbrete y evita los golpes pero no te detengas, se consciente de que es tu compañera eterna y dale su lugar, abrígala y dale el alimento necesario, procúrale la paz y te será siempre bien recompensado. Tiéndele la mano y camina valiente junto a ella, comparte tu montura y tu lecho, procúrale dulces vides y unas palabras afables. Recuerda que es tuya, solo tuya y la entrega que la consagra al ser engendrada también ha sido forjada con tu concepción. Te fue dada a ti y así será hasta que el último aliento haga incorpórea tu alma.
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