lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Qué es lo que se refleja?...By Jorge Sors. 01/11/10

¿Qué es lo que se refleja?...By Jorge Sors. 01/11/10


Caigo absorto en un profundo trance, observo detenidamente y casi sin parpadear la viva imagen de ese ser que se me hace familiar, de mirada distante, pupilas contraídas en un inalcanzable sueño de guerras perdidas e incongruentes encuentros consigo mismo, la paz no es más que poesía en letras utópicas que se dibujan sobre paneles obscuros que se pierden a la deriva en un profundo mar de angustias, celos, caos y delirios de grandeza.
Los hilos que han dado decoro a mi imagen ahora se muestran cansados, por tanto roce, el desgaste de caricias vacías, el fluir de unos dedos lánguidos y ausentes que dejaron su  huella prendada en ellos y que ríos de aguas cálidas no han podido borrar, han sido talados y quemados buscando exprimir desde sus más profundos filamentos la más pura esencia de los tiempos en que estabas presente. Antes relucientes y prestos al brillo cálido de un reflejo distante, que se agudizaba al contacto de los finos rayos del sol, ahora han sido trasgredidos por el hollín y el ambiente cargado de plomo y agonía lejos de ti, se han tornado en una escala que degrada hasta el blanco que hace presente el paso incesante de innumerables segundos.
Una planicie antes sin imperfecciones naturales, donde se explayaba libre el alto valle, ahora se encuentra resquebrajada y llena de profundos surcos que marcan las distancias recorridas entre los sueños alcanzados y las derrotas que han quedado ocultas en lo más hondo de las circunstancias que los han horadado.
Las ventanas ahora están sucias, el incesante llanto desde lo más interior se ha conjugado con el polvo y las cenizas de tanto esperar abiertas para verte llegar, sus cristales ahora disparejos y deformes dan una imagen borrosa y confusa de todo lo que puede observarse de redor, también las huellas que han quedado marcadas aprovechándose de la humedad presente difuminan y obstruyen la clara visión.
La pintura fresca y reluciente que da marco a todo el conjunto ahora está desconchada y áspera, se rebela contra las fantasías de épocas mejores, las marcas de oxido y moho empiezan a aflorar dejando al descubierto el incontenible paso del tiempo y el transito fluido que ha recorrido las mejillas cansadas y los parpados abiertos.
La máquina de palabras, gustos y sensaciones ahora se ahoga en grandes buches de saliva y amargor, sus murallas protectoras dejan ver los boquetes de ataques disidentes, y el instrumento que despliega en forma evidente el sonar de nuestras emociones, risas y agruras se ha roto dando paso a una forma andrógeno y una mueca siniestra que se confunde entre lasciva y deseosa de volver atrás.
Es necesario el retoque, los parches y las constantes reparaciones del duro armazón para hacerlo presentable, y que muestre todavía algo del ser que fuimos y del que vendrá. Ahora no es igual contemplar mi figura frente al espejo.

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