martes, 9 de noviembre de 2010

JunTo a La CosTa…! By Jorge Sors. 09/11/10.

JunTo a La CosTa…! By Jorge Sors. 09/11/10.

Ausente de toda carga y todo pecado cometido, sucumbe la pesada carga flotando sobre las olas, se seca la sal sobre las heridas y aviva el escozor del día a día.
Lavan las olas los ultrajes y los acosos cotidianos, se prenden sus alas de una suave brisa marina y sus pies cansados se funden en la suave arena que se entibia al compás de sus pasos sombríos y expectantes.
Vuelve la calma, se sacian sus pulmones, se serena la mente, ya no cabe la duda de una mañana triste,  llena de compromisos vacíos que recoge el viento y los deja caer como metralla sobre él y se esparcen sobre su piel hiriéndole como vidrios rotos de una copa triste reventada.
Ha dejado su traje, sus botones y sus encajes al pie de una gran palmera que cubre su carne del implacable sol que corroe silente hasta desollar el alma y hierve la sangre de quienes se exponen sin reparo a su temible ser.
Ella le acompaña en su callada lejanía, divaga sobre las olas, sus ojos se pierden y sus cabellos le cubren el rostro, una sonrisa plácida le afirma su convicción, esa que deja ver que a su lado se haya completa y  en ocasiones solo esbozada.
Es familia, es pareja y cotidianidad,  sus pasos se sellan sobre la blanca arena uniéndose en una entrega sublime y total junto al mar que difumina su esencia y aturde en su rugir los dispersos sentidos que en su divagación le han abandonado.
La belleza del paisaje y el engalanado entorno natural se aumenta con la claridad de aquella indescriptible vista de aguas cristalinas y que se sellan como único recurso para darle regocijo a su ser, lejos de las impacientes miradas que envejecen su estirpe y son ajenas a su compañía.
Escondido del mundo del recuerdo, de las luces rojas, los silbatos y el granizo, del deber, de la tinta candente, de las plumas fuente, de miradas sueltas que empapadas en tinta plasman sus acordes, se absorbe y se implosiona apartándose de sí mismo y fundiéndose sobre su entorno se hace etéreo y vaga silbando junto al rugir de la mar que muere aquejado junto a la orilla, pero su murmullo suave le arrulla, ese de esperanza y progresismo, de vivencias juntos y de hijos, le da vuelta al disco y pone la cara de alegría, le hace sentir cómodo en su regazo colmado de paz y bienhechurías, y así se va junto a ella a cruzar otros mares, cerca de la costa siempre estará su memoria y aún cuando ya no esté presente siempre vivirá.


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