Todo aquel que niega por consentimiento y beneplácito la verdad que albergan sus ojos, los gritos angustiosos de la razón, y el sentido pleno que abarca el conocimiento, y se ciega a la realidad por acomodarse dentro de ciertos paramentos que lo hagan sentirse cómodo aprobando determinado ideal, simplemente vive servil y mecánicamente complaciente ante lo que le da una falsa estabilidad emocional, racional, y lo mantiene plegado a lo que este cree es totalmente permisible y necesario. Jorge Sors26.