JAMAS UN ENGAÑO TE HA DE ARROJAR AL VACÍO, NI HA DE TUMBARTE ABATIDO...! By Jorge Sors. 16 .07. 2012

JAMAS UN ENGAÑO TE HA DE ARROJAR AL VACÍO, NI  HA DE TUMBARTE ABATIDO...!

Te observan esos ojos de extraña mirada, entre melancólica, ausente y esquiva, se desploman las sonrisas y las palpitaciones se agudizan, el sudor brota como tratando de huir al conflicto, se exaltan las palabras y te aborda la confusión y la duda, te ataca el pánico de sentirte vacilante, tus moléculas golpean con fuerza haciéndote brotar en ira y se enciende un profundo odio que nubla tu visión, tus oídos se cierran no quieren saber de excusas ni explicaciones.

Tratas de adaptarte al segundo que transcurre, buscas orientarte en este desierto de desidia y perdición que ha envuelto tu realidad, se han caído tus defensas, tu fortaleza esta sitiada y tus intensiones han capitulado, tu razón ignora la cordura, se apila la saliva en tu garganta y te anuda un fuerte lazo el cuello que poco a poco va cortando tu respiración, todo parece una ilusión, una pesadilla funesta, un baile de mascaras negras y atavíos fúnebres que cortejan el final.

Tus manos tiemblan, las observas debatirse entre el despertar y el apego, llegan los recuerdos a invadir la mente, a toda velocidad pulula salvaje mente cada noche, cada instante compartido, cada roce de manos, cada cálida caricia, y todos los besos perdidos, al parecer siempre todo aquello no tubo valides y caduco aun antes de haberse forjado, fueron secas y falsas las palabras y distantes las miradas, se mintió a discreción y se calculo cada paso con alevosía, sólo uno era copartícipe de esa sociedad fallida.   

Se rompen las esperanzas y se muere el porvenir, ya no queda más que tomar los fragmentos y apilarlos bajo la alfombra. Se procede con cautela y se busca escapar, ya no tiene sentido que al acusado se le haga comparecer, cuando se tienen las pruebas fehacientes para que se quiere probar algo que ya se sabe como sucedió. Pero llegará la culpa, el peso de los hechos serán una cruz que cargar cada noche, los demonios susurraran a su oído, y las lenguas de la lujuria sin sentido ahora derraman un ácido mortal sobre su pecadora piel, la sangre se ha vuelto vino ese mismo que conlleva a la locura y la perdición, y serán eternas las penas y las noches de reproche en búsqueda de una inalcanzable redención. 

Justo se yergue luego el que en verdad no ha perdido, el que se sabe correcto y mantuvo el pacto que se sello cuando se propuso marcar un inicio, sin reproches a si mismo se avanza ahora reconstruido y se fija un nuevo objetivo, ya nada hay que buscar en lo que jamas tubo rumbo definido y nada ha dejado este naufragio de pasiones sombrías cuyas huellas las a borrado el mar embravecido.

Ahora son los ojos del despertar los que avivan el fuego de cada llama que ha de brotar en el, se palpa la vida con mayor cautela y se apronta suficiente antídoto por si de nuevo se es mordido.