En la contemplación de nuestra propia existencia hemos de ser capaces de comprendernos como una pieza del engranaje universal, donde no somos ni más ni menos que un conjunto de sistemas y partículas en acción constante y que se perciben a si mismas, y por ello nos mantienen con vida y en armonía con el equilibrio que requiere nuestro tránsito por el universo, como huéspedes de un inmenso e incomprendido planeta, donde a su vez somos portadores de la vida misma tanto en nuestra propia composición como en la capacidad que tenemos de generarla, pero nosotros tenemos la dicha de ser conscientes de esto, más allá de los instintos debemos ser responsables de ese discernimiento que se nos ha dado, debemos encarar nuestra esencia como seres pensantes y encausarla hacia el mantenimiento sostenible de nuestra existencia, debemos ser presencia activa hacia el provecho y bienestar de nuestro planeta, pues somos conscientes y pensantes pero casi siempre malgastamos toda nuestra vida en construir un palacio egocéntrico que sea muestra de nuestra propia realización olvidando que todos formamos parte integral de esta tierra que pretendemos incansablemente proclamar como propia. No hay propósitos místicos para nuestra vida, no somos superiores pero si somos pensadores y creadores con criterios, entonces hagamos un sendero útil al universo mismo que nos conforma y nos sustenta y vivamos libres, despiertos y conscientes de que ESTAMOS AQUÍ Y AHORA. JS26.
Ante el desasosiego y la angustiosa verdad que late con fuerza anunciando que se nos agota el tiempo para gritar las posibles virtudes de un hombre superior, desarraigado de sus cenizas y obcecado por vislumbrar un futuro completo y verdadero, donde ya no se refleje la sombra del pasado y que lleve glorioso el bastión evolutivo de la esencia humana, siendo hombres reales y no bestias sumisas carentes de identidad y discernimiento, allí elevo mi grito. JS26.
sábado, 5 de julio de 2014
En la contemplación de nuestra propia existencia hemos de ser capaces de comprendernos como una pieza del engranaje universal, donde no somos ni más ni menos que un conjunto de sistemas y partículas en acción constante y que se perciben a si mismas, y por ello nos mantienen con vida y en armonía con el equilibrio que requiere nuestro tránsito por el universo, como huéspedes de un inmenso e incomprendido planeta, donde a su vez somos portadores de la vida misma tanto en nuestra propia composición como en la capacidad que tenemos de generarla, pero nosotros tenemos la dicha de ser conscientes de esto, más allá de los instintos debemos ser responsables de ese discernimiento que se nos ha dado, debemos encarar nuestra esencia como seres pensantes y encausarla hacia el mantenimiento sostenible de nuestra existencia, debemos ser presencia activa hacia el provecho y bienestar de nuestro planeta, pues somos conscientes y pensantes pero casi siempre malgastamos toda nuestra vida en construir un palacio egocéntrico que sea muestra de nuestra propia realización olvidando que todos formamos parte integral de esta tierra que pretendemos incansablemente proclamar como propia. No hay propósitos místicos para nuestra vida, no somos superiores pero si somos pensadores y creadores con criterios, entonces hagamos un sendero útil al universo mismo que nos conforma y nos sustenta y vivamos libres, despiertos y conscientes de que ESTAMOS AQUÍ Y AHORA. JS26.
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