Ante el desasosiego y la angustiosa verdad que late con fuerza anunciando que se nos agota el tiempo para gritar las posibles virtudes de un hombre superior, desarraigado de sus cenizas y obcecado por vislumbrar un futuro completo y verdadero, donde ya no se refleje la sombra del pasado y que lleve glorioso el bastión evolutivo de la esencia humana, siendo hombres reales y no bestias sumisas carentes de identidad y discernimiento, allí elevo mi grito. JS26.
sábado, 5 de julio de 2014
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