Turbias ciénagas rodean mi mente, asediado por sombras que susurran en la oscuridad, son los ecos de turbulentos recuerdos que se despliegan en el viento de esas heladas noches de borrasca.
Resquebrajado se ha tornado mi trono, aunque sumido en el lodo aun destellos del oro deslumbran ante tanta inmundicia.
Venenosa serpiente arrastra tus despojos a mi redor, buscando emboscarme en un ataque silente y estremecedor, blandiendo mi espada aguardo inmobil su incansable acecho.
Reparo en los recuerdos y se entumecen mis latidos, un distante aullido rememora las horas de gloria, y me pone de nuevo en acción, hay algo mas en tierras lejanas que depara un futuro promisorio, he de abandonar mi antigua morada, ha de quedar el trono vacío pues de nada sirve sin tener ya un imperio que ha muerto viéndose engañado por otros que osaron desterrarme y verme morir ausente y vacío.
Aferrado a las musas que son mi compañía emprendo un nuevo destino y se derramara sangre nueva por retomar lo que siempre me ha correspondido.
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