jueves, 23 de diciembre de 2010

7 Días…! By Jorge Sors.

7 Días…! By Jorge Sors.





Enjugando sus lágrimas y ahogado en un profundo dolor que le dificultaba respirar, se vio abrumado por el choque frontal contra su destino, ese que no podría reparar y que nada podía hacer para detenerlo, perecedero el tiempo en su contra calaba hondo en su mente cada minuto tras escuchar esas palabras que se deshicieron en sus manos llenas de esperanza, esa que nunca fraguó.
Prefirió ir sólo aquella tarde del viernes a retirar el resultado de sus exámenes, esos que debió hacerse por obligación, pues tras encontrar un nuevo empleo era requerimiento imperativo la realización de los mismos. Llegó a eso de las 2:15 p.m. al laboratorio clínico, al presentarse en la recepción fue recibido por una mirada turbia y llena de sentimientos encontrados, le dijo que esperase unos minutos pues el doctor debía realizarle algunas indicaciones en relación a los resultados arrojados. Se sentó allí y aquellos 10 minutos parecieron eternos, hasta que la puerta se abrió y se presentó frente a él aquella figura dócil y paciente, quien le indico que pasase hasta el consultorio pues era necesario hablar con él en privado. Confundido y temeroso tomó asiento frente al enorme escritorio del médico, tras el cual relucían un sinfín de títulos y condecoraciones, tomó la palabra y dijo

- dígame doctor que es lo que sucede, esto es un examen de rutina para ingresar a la empresa hasta donde yo sé.

 El médico le preguntó

-¿Hace cuanto usted no se hacía un chequeo médico?

y este le respondió

 -Pues que yo recuerde deben haber pasado más de cinco años pues yo nunca me enfermo, salvo la tos que a veces me aqueja de noche, los ronquidos que no dejan dormir a mi esposa y uno que otro malestar temporal ningún mal mayor me ha atacado en estos últimos años, aunque éstas última semanas he sufrido de terribles jaquecas y falta de apetito, no he podido dormir bien, y hasta se me nubla la visión, tengo nauseas y me falta coordinación por algunos momentos.

- Pues no sé cómo decirle esto, dice el médico, pero es mi deber y mi obligación hacerlo, usted tiene un aneurisma disecante en expansión y en  un estado muy severo, ya es inoperable y está alojado en lo más profundo de su cerebro, lo cual le causará inevitablemente la muerte pues todo tratamiento ya no puede revertirlo su tamaño casi supera los 25milímetros, y sólo es cuestión de tiempo para que se rompa ocasionándole la muerte, por eso le pedimos que se hiciera esos exámenes adicionales y la resonancia magnética, y lamento mucho darle ésta terrible noticia, pero también su cuadro se ve agudizado por el abuso excesivo del alcohol y el tabaquismo, hábitos malignos a los que usted recurre con frecuencia.

Él hombre quedo totalmente mudo, se nublo todo a su alrededor y las lágrimas corrieron por sus mejillas, y le dijo al médico

-¿Está usted completamente seguro?

a lo que éste le respondió

-Lamentablemente si, pues su caso lo discutimos en mesa redonda con varios especialistas y llegamos a éste inequívoco diagnostico y si usted quiere podemos sentarnos con usted mis colegas y yo para instruirle sobre lo que puede hacer para evitar un mayor sufrimiento al igual que ayudarlo a prepararse para darle la noticia a su familia

 el hombre le dijo

 -Doctor cuantos días de vida me quedan

y la respuesta fue


- A lo sumo 7 días…!
El hombre se levantó y salió del consultorio sin mediar palabras y llegó hasta la calle, donde cayó en la acera tendido en llanto y ahogado en su propia saliva, quizá abran transcurrido unos 30 minutos absorto en su pena y una profundo introspección, se puso de pié y caminó hasta su automóvil, se sentó en él y puso su disco favorito a todo volumen, sonaba Torna A Surriento de Curtis, interpretada inmaculadamente por  el tenor Luciano Pavarotti seguida de otro tema magistral Pagliacci, piezas que se adentraron en lo más profundo de su ser, desencajado entre el llanto y unas muecas escalofriantes de desahogo se dejó llevar por unos minutos. Recobró parcialmente la conciencia y decidió tomar acción, pues sabía que a partir de ese momento el tiempo era su peor enemigo y que debía aprovechar cada segundo, pensó en ir a un bar a beber hasta desmayarse y tratar de olvidar aunque fueran por unas horas su tragedia, pero pensándolo mejor titubeó y decidió dirigir sus velas hacia un lugar más sórdido y donde trataría de aceptar lo que le deparaba, se enrrumbó al cementerio metropolitano, donde reposaban los restos de sus padres y un hermano. Llegó al campo santo y se dirigió hasta la lapida de sus padres, la acarició y tomo asiento junto a ella, arrancó algunas hierbas del suelo y tomo un puñado de tierra entre sus manos y al contemplo durante un rato. Al cabo de un tiempo se levantó y guardo el puñado de tierra en su bolsillo, contemplo las tumbas y luego en silencio se subió de nuevo al auto, recorrió durante un rato el lugar que estaba para ese día bastante solitario y lo agobiaron los pensamientos sobre si ese sería inevitablemente su triste destino, lloró y se desahogo sobre la tumba de su hermano a quien había esbozado durante unos minutos su actual situación y quizá su inminente muerte, y le dijo tal vez estemos juntos mucho antes de lo que yo pensaba, se retiró del lugar de nuevo a bordo de su vehículo y se dirigió a su casa. Al llegar se detuvo frente a la puerta reacomodó su expresión y su postura, encajó una forzada sonrisa entre sus dientes mientras en su cabeza sonaba Sea of love de Marty Wilde, entró y su esposa estaba en la cocina preparando lo cena, la cual no estaba avanzada en su contenido, él se acerco sigilosamente y la abrazó fuerte hasta casi dejarla sin aliento, ella se sorprendió y luego de darle un beso le preguntó

-¿ Que tal el día, como te fuè con los exámenes?

 su rostro inmediatamente quiso descomponerse pero respiro profundo de forma entrecortada y contestó

-Todo bien amor, me dijeron que comenzaré probablemente en una semana, quizá en 8 días ya estaré nuevamente cargando con los asuntos laborales nuevamente y tú que tal tu día, y los niños como están que no han bajado con los olores del estofado que se cuece sobre la hornilla

 Tras un fuerte pero apacible grito los hijos llegaron a su lado y tras saludarle se manifestó su insaciable hambre.  El subió a su habitación para asearse y cambiarse para cenar con la familia, al llegar arriba la radio sonaba desde la habitación una canción más allá del umbral llegaba a rozarle los oídos You’ve lost that lovin’ feeling de The Righteous Brothers, y el recuerdo le alcanzó de nuevo pero siguió avanzando rápidamente hasta llegar al cuarto de baño, donde se desplomó sobre el lavabo, aun con la puerta cerrada la música podía filtrarse por debajo de las hendijas de la puerta, abrió el grifo y se hecho abundante agua fría tratando de borrar el rastro evidente de su dolor, y la vista se le nublo causándole un susto terrible pero pudo recomponerse, al quitarse la ropa introdujo la mano en los bolsillos del pantalón y se consiguió con el puñado de tierra que había tomado del cementerio, la cual contempló nuevamente y la colocó en un recipiente de madera con tapa que tenía en la dispensa sobre el lavabo, salió del cuarto de baño y la guardo en su mesa de noche, ahora sonaba Forever and ever de Demis Roussos y decidió apagar abruptamente el radio, tomó nuevamente la cajita con la tierra la abrió y colocó un poco sobre el lugar de la cama donde el dormía y otro poco dentro de la funda de la almohada y se dijo a si mismo esto es para irme preparando, pronto no serán éste colchón ni esta almohada mi morada cuando el sueño eterno me agobie y me llegue la noche sin fin, cerró la cajita y la dejó en dentro de la mesa de noche, bajó y se quedó un momento de pié contemplando el salón de su casa enorme y vacío y pensó así quedará mi familia igual que éste salón vacía y sin vida cuando yo parta pero algo debo hacer para dejarlos lo mejor posible, hacer llevadero su futuro y que queden con cierta comodidad. Se dio la vuelta y se sentó en la cocina presto a compartir con su familia, la cena transcurrió con normalidad sus dos hijos una niña de 10 años y el varón de 12 se dejaron llevar sin discutir esa noche y se hizo grato el momento. Al hacerse un poco tarde pues pasaron casi dos horas hablando, la madre los envió a sus habitaciones para que se prepararan para dormir, pues eran ya casi las once de la noche. El se levantó, ayudo a recoger lo que había quedado y a lavar los trastes sucios,  luego invitó a su esposa a pasar un rato los dos en la sala. Encendió el equipo de música, busco entre sus empolvados discos y se consiguió con aquella pieza que alguna vez definió un momento mágico en sus vidas, y le dijo

- Voy a apagar las luces, los muchachos ya están en sus cuartos y quiero que te olvides que ellos están por ahí, solo quiero que pienses en cuando disfrutábamos aquellos tiempos inolvidables y felices en los que solo importaba nuestro amor, era el sustento que nos daba vida y pasábamos horas desnudos abrazados bajo las sabanas en silencio y contemplándonos fijamente hasta quedarnos dormidos, tras hacer el amor y pasar una noche única

 subió el volumen y dejó sonar You`re my everythig de Santa Esmeralda, ella lo miró pero él apagó la luz y se acurrucó junto a ella, abrazándola con unas ganas insaciables de volver a revivir aquellos momentos y atesorarlos más de los que pudo haberlo hecho, pues hacía mucho que la rutina, las deudas, los problemas cotidianos y todos los demás agobios propios de una familia promedia podía soportar los había alejado muchísimo, ya casi no compartían sino lo básico, saludos y besos vacios, noches acompañados pero solitarios, cada quien en su orilla y libre de culpas, la mente ajena al otro y resolviendo el que hacer del día siguiente en sus largas noches de televisión y libros de autoayuda. Al transcurrir esa pieza colocó Unchained Melody de The Righteous Brothers y las lágrimas empezaron a inundar sus rostros, ella lo besó ciega y enamoradamente como no lo había hecho en años, y tras culminar la canción se propusieron a no emitir juicios ni opiniones, solo decidieron rememorar sus mejores tiempos y se entregaron enamorados , explorando sus cuerpos y dejando brotar libremente la pasión.
Llegó la mañana y lo sorprendió abrazado a ella, encontrados en el más puro vinculo de amor se separó suavemente de ella, le dio un beso en la mejilla y se alistó para salir, no quiso despertarla pues la noche había sido larga, a ella le sobraba el tiempo que a él ahora más que nunca le escaseaba. Se acercó a la gaveta de la mesa de noche tras vestirse, tomó la cajita con la tierra, la abrió y colocó un poco de ésta en su bolsillo y la guardo nuevamente, caminó hasta la habitación de sus hijos, los despertó delicadamente y les dijo

- Levántense hoy vamos a hacer algo diferente, no hagan ruido pues su madre está dormida y no queremos despertarla hoy debe descansar ella hace mucho por nosotros y a veces no nos damos cuenta, vamos a dejar que descanse y vamos a salir nosotros.

Los hijos se vistieron y al estar listos todos, dejó una nota sobre la mesa de noche de ella, donde decía "hoy te vamos a dar el día libre, los muchachos y yo vamos a salir a compartir un rato juntos, tú te mereces un descanso, un beso tu enamorado de ayer, tu esposo de hoy y tu amante por siempre".
 Estando con sus hijos en el auto les dijo

- Se que no he compartido con ustedes muchos momentos especiales, en algunas ocasiones que han estado enfermos he estado lejos y en otras en que han requerido del abrazo de un padre amoroso tampoco estaba yo allí, pensé que podría llenar el vacío dándoles todo lo que me fuese posible, pero hoy me he dado cuenta de que es lo que realmente tiene valor y quiero que lo sepan y los sientan, al igual que quiero darles una lección de vida que nunca olviden, aún cuando yo falte y esa falta se haga eterna ustedes nunca olvidaran estos momentos y me recordaran por siempre

 Ellos se quedaron un poco sorprendidos y expectantes pues no estaban acostumbrados a estas situaciones y mucho menos a escuchar esas palabras.  Los llevó primero a una heladería, al llegar les dijo

- Siéntense que yo voy a ordenar por ustedes

 sabiendo lo que les gustaba, pues en casa su madre siempre compraba esos sabores que tanto les encantaban pidió doce helados para cada uno de ellos del sabor que más le gustaba y se los llevó a la mesa, el rostro se les iluminó y empezaron a comer como locos sin reparar en nada, al ir por el cuarto helado ya no podían comer más, se les derritió todo sobre la mesa pues ya estaban completamente satisfechos pero deseaban seguir comiendo más, a la niña le atacaron las nauseas al tratar de ingerir el quinto helado y el padre les dijo

 - Esto que he hecho es para que sepan que esto es malo, ¿por qué lo digo?, pues nunca ordenen nada que no vayan realmente a comer, no se dejen llevar por su mente y por el paladar que pide a gritos más y más sabiendo que el estomago no podrá con eso, es pecado dejarse llevar por esto que se llama gula, el alimento es sagrado, es lo que sustenta nuestra existencia y debemos respetarlo y  valorarlo, nunca desperdiciarlo, pues hay otras personar que ruegan por unas migajas que nunca llegan y mueren de hambre, inclusive niños como ustedes.

Habiendo culminado la experiencia volvieron al auto y él los llevó a una juguetería y les dijo

 -Tomen lo que quieran yo lo pago

 Ellos salieron en carrera y pasaron una media hora tomando cosas de los anaqueles y llenando un cesto de cosas que deseaban cada uno, al llegar a la caja él les dijo

 -Ahora tomen otra cesta y traigan más

 Ellos hicieron exactamente eso, al punto en que ya los dependientes de la tienda estaban un poco sobresaltados, cuando ya hubieron llenado unos 20 cestos con todo lo que pudieron tomar él les dijo

- ¿Que les parecería si botáramos sus camas y su ropa a cambio de comprarles todo esto y mañana volver por más?

 Ellos dijeron

 - Si, si sin pensarlo siquiera

 El les dijo

-Piensan ustedes que realmente necesitan todo esto, podrían ustedes vestirse, dormir, hacer sus tareas, invitar a sus amigos a casa a quedarse, y siquiera moverse en su habitación si subieran todo esto, recuerdan el helado, les quedo algo de los que les enseñe

 Se vieron las caras y tras suspirar el varón dijo

 -Es cierto papá, tienes razón uno no piensa esas cosas actúa sin pensar y se deja llevar, pero que bueno sería poder tener todo esto sin renunciar a lo demás que tenemos

 El padre les dijo

 -Eso se llama avaricia y es lo mismo que con el helado pero aplicado a todo lo material, todo aquello que ansiamos tener aun cuando el tenerlo ya no nos llene en absoluto y nos de ninguna satisfacción, era simplemente el capricho de querer tenerlo porque sí, esta es otra lección que quiero que aprendan.

 Luego de esta otra experiencia volvieron al auto y les dijo

 -Voy a llevarlos a visitar a alguien a quienes nunca visitamos juntos, o por lo menos nunca los llevo a ustedes conmigo

 Se dirigió al cementerio metropolitano, llegó hasta la tumba de sus padres y les dijo a los niños

- Aquí descansan sus abuelos, ellos nunca se han olvidado de ustedes, aunque no estén presentes y en vida ellos los aman y cuidan desde donde están y ustedes deben acordarse de que ellos están presentes en sus vidas aunque no puedan verlos y que siempre serán familia, cuando crezcan un poco nunca olviden a los que se han ido porque a ellos les gusta ser recordados, saber que aún se les ama y se les extraña, vengan y visítenlos aunque esto es solo una morada simbólica ellos pueden verlos y saber que han dedicado un momento de sus vidas para conmemorar ese gran amor que como familia siempre existirá

 Los niños casi sin habla pues no comprendían porque este cambio de actitud y esta cantidad de cosas que debían asimilar les eran dadas de esta forma y todas juntas, volvieron al auto, y la niña le preguntó

-¿Papá tú te vas a morir algún día, y vas a estar como los abuelos, y ya no vas estar más con nosotros?

 el padre trago fuerte, saco un disco que tenía guardado en la guantera y colocó la canción número siete Father and Son de Cat Stevens y les explicó el contenido de la letra y les dijo

- Si hija yo algún día me moriré pero como les dije siempre estaré con ustedes cuidándolos y amándolos, nada podrá separarnos nunca, hay vínculos que ni la muerte puede deshacer, y quiero que cuando estén mayores y yo ya no esté escuchen ésta canción y recuerden éste momento que hoy les regalo porque sé que en un futuro lo atesorarán mucho, y nunca olviden que los amo con todo mi corazón.

 Luego de eso los llevó a almorzar y conversaron sobre el colegio, sus amigos y sobre tantas cosas de las vidas de los niños que el padre desconocía que se sintió triste y culpable por no haberse interesado más en sus hijos que en su trabajo y sus problemas, y más agobiado por el desempleo y las deudas se recluyó en la bebida y el ir y venir de las innumerables cajetillas de cigarrillo. Al terminar de almorzando en el restaurante el padre le dijo a los niños

 -Pidan un postre, el que más les guste

 Se miraron y dijo la niña

- ¿Pero no vas a hacer los mismo que con los helados verdad?

 El dejó que se los sirvieran, al estar prestos a comerlos ordenó al camarero que los retirara nuevamente, ellos replicaron y empezaron a discutir y a vociferar enfadados pues no entendían el comportamiento del padre, ni porque les estaba haciendo esta especie de tortura, y al dejar que se desahogaran y gritaran hasta cansarse el padre les dijo

 -Eso que ustedes acaban de hacer es un ejemplo de lo que puede hacer alguien lleno de ira, lo cual deberán saber controlar y manejar a medida que vayan creciendo porque dejándose llevar por un arranque de ira pueden cometer actos y acciones irreversibles de las cuales podrán arrepentirse toda su vida, hay que aprender a moderar nuestro temperamento y a controlarnos, debemos responder acorde a la situación y a lo que se nos presenta, no dejarnos llevar y actuar coléricamente.

 Ordenó al mesero volver a traer los postres, el niño pidió disculpas aunque la niña solo les miraba molesta aún, terminaron de comer  y volvieron al auto. Esta vez el les llevó a lugar donde creció, donde la miseria y el hambre vagaban libres por las calles, dejando un rastro de hedor y pestilencia, de sed y desidia, de cuerpos inertes y decadencia desnuda sobre las aceras. Llegó hasta la casa de su infancia, todavía vivían algunos amigos allí aunque en situación bastante precaria, ellos se bajaron y él se acerco a una anciana que estaba sentada frente a la casa y le dijo

- ¿Aquí es donde viven los Morales?

 y ella contesto

- sí que desea

 -El le dijo ¿es usted la señora Libia?

 y ella le miró un poco perdida y luego le dijo

¿ Eres tú el hijo de  Laura y Antonio?

 El asintió y le dijo

- Estos son mis hijos

 Luego de unas palabras más entraron a la casa, la cual estaba en muy mal estado, unos niños de quizá 5 y 3 años jugaban en el piso sobre la tierra apenas aplacada por el constante transitar de sus habitantes con un amasijo irreconocible que parecía haber sido alguna vez una especia de auto de juguete y una pelota medio inflada y desteñida, estaba todo desordenado y sucio, la impresión de aquello fue muy fuerte y sus hijos se quedaron impávidos pues nunca habían estado en un lugar así, pregunto por su amigo y vecino de la infancia pero no estaba en casa, esos pequeños que jugaban harapientos eran sus hijos, el estaba trabajando y hace años que su mujer le había dejado por la pésima condición de vida en que se manejaban y había dejado a la abuela al cuidado de los niños pues ella no quiso hacerse cargo, el padre trabajaba en doble turno y hasta los fines de semana pero el dinero no alcanzaba, el ya incomodo y tratando de no molestar más con las miradas excrutantes se despidió diplomáticamente y se retiraron de aquel lugar. En el auto los niño empezaron a hablar sin parar, escarbando todo lo retenido en la memoria tras aquella visita, se sorprendieron mucho de la precariedad y la pobreza de aquella gente y le dijeron al padre 

-¿Porquè aquella gente es diferente y tienen que vivir así?

 El les explico como pudo porque estas personas estaban en esa situación y culminó diciéndoles

- Cuando ustedes estén en casa rodeados de todas las comodidades que medianamente hemos podido darles su madre y yo, y tengan entre sus manos ese juguete que tanto atesoran recuérden a éstos niños, y más aún cuando en la escuela o con sus amigos, cuando éstos tengan algo que ustedes deseen profundamente y sientan eso que se llama envidia, sepan reconocer que ustedes tienen muchas cosas que esos niños que jugaban sobre la tierra llenos de barro y harapientos desearían tener, y comprendan que hay que apreciar lo que se tiene y no ser envidiosos sino agradecidos.

Volvieron a casa y al llegar les dijo quiero decirles una última cosa por hoy

 -Antes de dormir plácidamente por las noches recuerden los que les enseñe hoy, y sean agradecidos con la vida y con todo lo que se les ha dado y de seguro se les concederá más, y cuando se levanten por las mañanas hagan lo mismo, al igual que cuando sean un poco mayores agradezcan cada día el estar vivos que se que pronto aprenderán el gran valor que tiene el poder levantarse cada día y enfrentar los retos que nos deparan, y cuando piensen en que tienen flojera y sueño y no quieren salir de la cama, piensen en la oportunidad que ustedes tienen en la vida de crecer y ser alguien, de desarrollar sus conocimientos y su intelecto , ser cada día unas personitas llenas de vida y de vivencias como las que hemos tenido hoy que fortalecen eso que llevamos muy dentro y que es lo más importante que tenemos y se llama alma, por eso nunca se dejen vencer por la pereza, que es eso que no los deja levantarse de la cama por las mañanas.

 Les dio un beso a cada uno y los dejó volver a su habitación. El también se fue a su habitación y allí estaba su esposa esperándole afectuosa y todavía encantada con la magia de la noche anterior durmieron esa noche abrazados como dos jóvenes amantes.
Al otro día, muy temprano en la mañana el hombre se arreglo y se preparó para salir aún cuando le dolía la cabeza y a ratos era borrosa su visión, se alisto, tomó parte de su ropa y la echó en un bolso y se subió al auto, luego se dijo ahora empieza el viaje. Lo primero que hizo fue dirigirse a la frontera, pues vivía en Irving Texas E.E.U.U., y llegó Al Paso Texas y cruzó la frontera, al estar del otro lado decidió que haría lo imposible por dejar a su familia acomodada a costa de lo que fuera, total su vida igual la iba a perder y esto era lo mejor que podía hacer. Estando en Ciudad Juárez (Chihuahua), busco primero dónde hospedarse, así llegó hasta un lugar terrorífico y destartalado donde hasta las ratas pasaban hambre, pero estaba decidido. Entro a la habitación y se cambió, se puso unos jeans y una sudadera negra, una gorra y unas gafas obscuras y se lanzó a la calle, antes de salir le dio $10 al recepcionista para que cuidara de su auto, entró a un bar desvencijado se sentó y empezó a observar y estudiar a sus ocupantes, cada uno singular y circunspecto, de variadas imágenes y hasta coloridos, ordenó unos tragos que al final se apilaron sobre la mesa y volvió sin percatarse a estar ebrio. Una cosa llevó  a la otra y termino desmayado sobre la mesa, a eso de la una de le madrugada unos hombres que estaban en el bar y quienes también como él estaban observando a quienes concurrían al lugar lo sujetaron y se lo llevaron arrastras. La mañana siguiente el hombre se despertó abruptamente sintiendo un punzante dolor en la cabeza y nauseas, se incorporó como pudo sobre sus piernas y se sentó, luego se dio cuenta de que tenía las manos atadas y pudo ver que no estaba en el hotel donde había rentado una habitación sino en un baño asqueroso y tendido en el suelo sobre unos cartones, la puerta estaba cerrada y las ventanas estaban tapadas con periódicos y papeles amarillentos por los años, la confusión y la memoria borrosa era todo lo que tenía para tratar de ubicarse, al cabo de unas horas la puerta se abrió y una mujer entró y lo tomó por los cabellos fuertemente y le dijo

 -Tu gringo seguro viniste a buscar drogas pero estas jodido, ahora vas a tener que colaborar o te mueres, necesitamos que nos digas quien eres y queremos dinero para dejarte ir, así que empieza a hablar quien es tu familia y como la ubicamos porque vamos a pedir un rescate por tu cabeza y si no pagan según lo pautado te vamos a matar pinche gringo.

El hombre se mantuvo en silencio y no dijo nada, unos hombres entraron y le golpearon reiteradas veces en el estomago y las piernas y lo increpaban a dar información pero éste se negaba a hablar, la mujer busco una botella de vinagre que estaba sobre una mesa frente a la puerta y a la par que los hombre lo sujetaban por el cuello y la cabeza ésta se lo introducía groseramente por la nariz haciéndolo ahogarse, pero éste no les daba ninguna información, así que le sacaron un zapato y le hicieron unos cortes profundos con una herramienta de jardinería y posteriormente le echaron cloro directamente sobre sus heridas, el hombre gritaba y jadeaba sin parar pues entre el cansancio y el asedio estaba a punto de colapsar pero sabía que debía proteger a su familia a toda costa y no decía nada, llegó el punto en que realmente frustrados sus captores tomaron un rallador o mandolina utilizado en la cocina y empezaron a cepillar con él sus piernas la sangre emanaba grotescamente hasta desperdigarse por el suelo pero le echaban vinagre y cloro sobre éstas para intensificar el sufrimiento y aún después de todas éstas torturas el hombre no dijo ni una palabra acerca de su familia ni de cómo contactarla, optaron por dejarlo sólo nuevamente en la habitación y se marcharon cerrando la puerta tras de sí.
Por unas horas permaneció inconsciente y reposando sobre su propia sangre que se había acumulado copiosamente bajo él, abrió nuevamente los ojos quizá transcurrieron unas 3 o 4 horas e inmediatamente vomitó, se mareó y volvió a caer sobre el piso golpeándose contra el suelo de madera y uno de sus ojos se inyecto en sangre y casi no podía ver por él, tragó y tosió hasta sentirse un poco más aliviado pero el dolor en sus heridas era insoportable, se arrastro hasta colocarse debajo de la ventana y allí se quedó dormido por un par de horas más.
Un fuerte golpe, gritos seguidos de múltiples disparos  fueron los que le hicieron volver a la vida, se incorporó hasta quedar de rodillas y se quedó en silencio, siguieron los disparos y los ruidos hasta el momento en que la puerta se desencajó de su marco de un solo golpe y unos hombres entraron y lo miraron por unos instantes tras los cuales le preguntaron quien era y que hacía allí, él les dijo que no recordaba nada y que simplemente era un ebrio que tras una borrachera se encontró maniatado y amordazado prisionero en aquel lugar y que había sido torturado sin sentido alguno pues era un simple indigente, los hombres no le creyeron y pensaron que seguramente era una de las mulas de sus captores y que había fallado en alguna entrega o quizá trató de timarles y por eso le tenían allí retenido, lo desataron y uno de ellos lo ayudo a levantarse, lo arrastraron hasta un automóvil que estaba estacionado frente a aquella casa de gran opulencia por dentro pero con una fachada asquerosa y destartalada, una vez dentro del vehículo volvió a desmayarse.
Se despertó aún confuso y desequilibrado por la paliza que le habían propinado pero se dio cuenta que sus heridas habían sido tratadas y que estaba en un catre apostado en una esquina de aquella habitación modestamente decorada y en buen estado general que ahora le acogía, un niño entró y le vio convaleciente y tratando de levantarse, gritó e inmediatamente un hombre de avanzada edad entró a la habitación y le increpó que no debía levantarse, que por ahora debía acostarse y recuperarse de sus heridas, pero le hombre al tratar de levantarse sintió un espasmo violento y desgarrador en su espalda al igual que sus heridas en las piernas se resquebrajaron cuando la sangre las invadió lo cual hizo que volviese a caer sobre el catre casi desmayado de dolor, se palpó y noto que tenía unos vendajes en la espalda y según recordaba no le habían herido allí, se arrancó las vendas y descubrió una herida profunda y alargada, una incisión que por sus características había sido realizada con violencia pero estaba suturada, en un instante sus ojos se nublaron y su mente divagó llegando de nuevo a la lucidez y a sabiendas de que quizá algo dentro de sí ya no estaba en su lugar, otro hombre entró a la habitación y al escuchar su voz el hombre recordó que era quien le había sacado de aquel agujero donde fue salvajemente golpeado y torturado, y éste le dijo

- Tu deuda con nosotros ha sido saldada, pero tu deuda con la vida aún está pendiente, te hemos sacado un riñón parte de tu hígado, ahora debes recuperarte porque esto simplemente te ha comprado algo de vida pero estás al servicio de nuestra organización si  te reúsas créeme que nos cobraremos con el resto de tus órganos

 El hombre al escuchar aquello nuevamente se sintió mal y le sobrevino una asfixia y el vomito inflamó su traque hasta caer desperdigado por el suelo, luego de esto se volvió a desmayar y así transcurrió el resto de su día acortando más su estadía terrenal aunque solo él conocía aquel terrible destino que le deparaba.
El cuarto día llegó como los demás o sea de golpe, una silla que golpeaba contra el suelo le despertó tras lo cual una mujer cayó con la boca reventada y la nariz ensangrentada bajo el umbral de la puerta que decoraba aquella estancia, un hombre entro y la tomó por los cabellos arrastrándola de nuevo hasta la otra habitación fuera de su vista, allí se escucharon gritos y más golpes tras lo cual un profundo silencio invadió el espacio, el anciano del día anterior volvió a entrar a la habitación y le dijo al hombre


- Te hemos estado medicando y a la vez hemos puesto drogas en tus bebidas por eso debes sentirte mejor, así que ahora puedes levantarte pero todos tus movimientos deben ser coordinados y certeros, pues debes cuidar que tus heridas no se abran nuevamente y debas volver a empezar

 Se puso de pié y caminó unos pasos hasta toparse de nuevo con el hombre que le rescató sólo para hundirlo en un nuevo infierno, éste le dijo

- Tengo un trabajo para ti pues supongo debes querer volver a los Estados Unidos, no sé qué clase de cosas harías antes ni como jodiste a los otros que matamos en la casa donde te encontramos pero necesito llevar algo hasta el norte y tu lo vas a hacer quieras o no, pues tenemos gente aquí y allá dispuestas a todo y que son capaces de controlar hasta el caminar de las hormigas en el desierto, así que te diré lo que quiero que hagas tengo unas drogas que necesito que transportes hasta el otro lado de la frontera, al momento en que te retiramos los órganos colocamos dentro de tu cuerpo ese cargamento que debe ser entregado a destino así que nada debes hacer solo aprovechar tu condición convaleciente y los documentos que encontramos en el hotel donde te hospedabas, tomar tu automóvil y junto a uno de mis hombres volverás a los estados unidos, adicionalmente a esto a tu vehículo lo hemos modificado para que en el maletero quepan dos indocumentados que desean pasar al otro lado y tú los vas a llevar también, así que adelante en marcha y si te equivocas te mueres y encontraremos a tu familia donde sea que estén y también los mataremos

 El hombre completamente sorprendido dijo

 -No me niego a hacer lo que me pide pero al llegar allá déjeme vivir y no volveremos a vernos

 su nuevo captor asintió y dijo

- Hecho así será. 

 Uno de los hombres del capo lo acompaño hasta el auto que se encontraba estacionado en el garaje de aquella enorme pero antigua casa, le hizo subir del lado del copiloto y éste se dispuso a conducir, el hombro al abordar notó que en el suelo junto a sus pies había un rollo de cinta adhesiva de uso industrial, algo de cuerda, un tenedor y una cuchilla de uso múltiple medio doblada y oxidada, un par de zapatos nuevos y una pila de periódicos en una bolsa, se colocó como pudo el cinturón de seguridad mientras el auto se ponía en marcha acción a la cual el conductor reprendió con un golpe en el pecho y diciéndole

-No te pongas muy listo amigo porque la carga puede llegar a destino con o sin ti, vivo o muerto yo puedo hacer que llegue, sólo que contigo en vida es más fácil, así que quédate tranquilo y disfruta del viaje.

Empezó así el recorrido, el calor era incipiente y el aire acondicionado casi no le hacía mella, el conductor encendió la radio y empezó a tararear una melodía de los Rolling Stone mientras las ideas daban vueltas en la cabeza del cautivo imaginándose como librarse de semejante aprieto. Tras unas horas de conducir el captor se sintió cansado y decidió parar en un poblado apartado como a unos 3 kilómetros de la carretera principal, se quedó viéndole fijamente y le dijo

- No hagas nada estúpido, voy a buscar algo al maletero y tú quédate sentado ahí

 Se bajo y abrió la cajuela tomo un bolso y empezó a esculcar en su interior hasta dar con un pequeño recipiente de metal que contenía algo de coca y se tupió la nariz a fondo con el polvo, en ese ínterin el hombre tomo la cinta adhesiva y cubrió el encendido del vehículo, luego tomó el tenedor y lo puso bajo su pierna y la navaja vieja bajo su manga, el captor regresó y al subirse se percató de la cinta que estaba alrededor del encendido y empezó a gritarle al hombre y en el momento en que trato de golpearlo éste sacó el tenedor y se lo clavo en el cuello dejándolo paralizado y sangrante, lo pateo y lo empujo hasta dejarlo casi inconsciente y luego tomó la navaja y le corto la cara profundamente en repetidas ocasiones, se bajó del auto y dio la vuelta hasta quedar del lado del conductor, abrió la puerta y lo sacó a golpes del vehículo, ya estando en el suelo lo pateo sin cesar y cuando este estuvo inconsciente tras recibir aquella paliza le quitó las llaves, sus documentos, el dinero y abordo el vehículo, con el cuchillo quitó la cinta y encendió el auto, aceleró a fondo y tras conducir frenéticamente y sin detenerse llegó al paso fronterizo, un teléfono celular que estaba bajo el asiento comenzó a sonar sin parar éste lo recogió y lo arrojó por la ventana, ya viéndose frente a los policías federales detuvo el auto y se bajó, dio unos pasos y llegó hasta un oficial el cual se sobresalto a ver su aspecto pero el hombre como pudo le explico lo sucedido y fue llevado hasta las oficinas de inmigración, allí le dieron algo de comer y le tomaron declaración pero el asombro de todos los presentes fue al decirles que en el interior de su cuerpo estaban incrustados paquetes de droga, los oficiales se pusieron en pié y dispusieron de una ambulancia que le traslado hasta un hospital cercano. Tras realizarle numerosos exámenes determinaron que el hombre no llevaba nada dentro y le dieron el alta para que pudiera irse, dos oficiales que le esperaban lo acompañaron nuevamente hasta el puesto fronterizo y al llegar allí estos ya habían verificado y revisado el vehículo encontrando en su interior unos compartimentos ocultos refrigerados dentro de los cuales estaban escondidos numerosos órganos humanos los cuales serían dispuestos para la venta en el mercado negro, el hombre se asombro a tal punto que casi se desmaya pues lo más seguro es que sus órganos que le habían sido retirados quirúrgicamente eran muy probable que estuviesen allí también. Tras verificar su identidad y su dirección contactaron con su familia quienes fueron a recogerle en dicho puesto fronterizo. Al llegar allí los policías le ofrecieron nuevas identidades para él y su familia si colaboraba con la investigación que arrojara como resultado la captura de quienes le habían hecho pasar por tantos escollos y sufrimientos y así fue, lo único que no descubrieron los oficiales de aduana es que dentro del vehículo en otro compartimento oculto había una enorme suma de dinero oculto y ésta fue la sorpresa del hombre quien tras unas horas  luego incidente se puso a revisar su automóvil a fondo y lo encontró.
Volvió con su familia y con la ayuda del gobierno federal se realizó al siguiente día una gran cantidad de exámenes y algunos tratamientos agresivos para combatir su mal pero resultó infructuoso todo éste arduo trabajo medico para tratar de salvarle, el hombre murió al séptimo día pero cambió la vida de su familia, les dejó acomodados económicamente y con una nueva vida lejos de sus pesares y bajo la custodia y resguardo del estado.
Es así como culmina ésta travesía entre tempestades y embates del destino pero calando en el pensamiento una profunda reflexión para quienes hayan tenido a bien dedicar algo de su tiempo para digerir dicha historia.
JorgE SoRs.  



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