lunes, 20 de diciembre de 2010

TraiCión. By Jorge Sors. 20/12/2010.

TraiCión. By Jorge Sors. 20/12/2010.


Se ha sellado un pacto aparentemente creíble y noble cargado de promesas y buenas intenciones, tarde fatídica aquella en que te tropezó el destino haciéndote llegar a mí, ya repuesto de miradas frías y frases vacías que dejaron en los bolsillos de mi traje una docena de falsos profetas y redentores de oficio, se decidió el viento a dejar correr aromas de fructosa pútrida y alcohol que sellaron alianzas tristes carentes de futuro, los actos de quienes son capaces de mentir aún viéndote a los ojos son más dañinos que el ácido sobre la piel.
Se presenta el enemigo con su ropa servil y su mirada acuciosa, con dulce labia te envuelve y te transporta a paraísos venideros pero que en la realidad nunca existirán, te estrechan la mano y luego empiezan a mudar la piel cual víboras mortíferas. Un habano de férreo aroma dispersó mi aliento aquella tarde soleada, yo en mis faenas diarias y con el sudor copando a borbotones mi frente contemplaba la solitaria hierva que sucia y llena de basura rodeaba aquel lugar apartado y aunque ruidos ensordecedores de tendencia intermitente interrumpían mi mirada abstracta y vacilante aún percibía una aparente calma en este enrarecido ambiente, llegó entonces aquel ilusionista y charlatán conquistando mis oídos con suaves melodías e historias de un pasado frustrante y lleno de heridas pero con un sueño en los ojos el cual luego se transformaría en una pesadilla obscura e imborrable.
Una plática prolongada me llevó a confiar y decidí no cuestionarme, ni siquiera consulté mis instintos y me deje llevar y así se fraguó aquella armazón de ofertas para el mercado y estampitas donde se entreveía su silueta obscura tras la máscara sonriente y la actitud a veces súbita de una posible amistad que fuese más allá de los intereses que comercialmente pudiesen conllevarnos a lo que fue una sociedad de mentes en acción y capitales circulantes.
Llegó el tiempo del dinero, las deudas y los pesares de toda empresa que trata de levantarse poco a poco de un suelo frío plagado de deseos y frustraciones pero con éste llegó también la sombra de la envidia y la avaricia, sentí la sangre correr turbia y cálida por mi espalda y un dolor punzante que me recorría implacablemente, me toqué desesperado y vi mis manos manchadas y entremezclándose con el carmesí de mi herida y el negro néctar de la traición, me aparté vencido y moribundo y te dejé libre el camino, puedes pensar que has ganado pero ahora no me siento derrotado, nunca te ofreceré la otra mejilla ni pecho en pié para que culmines tu macabra obra, tampoco buscaré venganza ni retaliaciones, te he perdonado, no espero que castigo alguno caiga sobre ti sino que lo dejo todo al destino ciego y peligroso y la apacible justicia del creador que dará cuenta de lo que me has hecho y de tu profunda traición.

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