miércoles, 8 de enero de 2014



Descubrir los profundos laberintos de nuestra mente, producto de años de erosión, del roce de caudalosas aguas con las que hemos labrado nuestro destino, nos da la seguridad de poder transitar en sus escollos sin dudar de su existencia y sin temor a quedar perdidos en sus oscuros recodos por más que parezcan sombrías muestra del incesante tiempo. JS26

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