viernes, 20 de mayo de 2011

Entre la anarquía y la indiferencia (Venezuela en la calle…!). By Jorge Sors. 20.05.11

Entre la anarquía y la indiferencia (Venezuela en la calle…!). By Jorge Sors. 20.05.11


Es notorio y decepcionante ver la descomposición del ser humano que alguna vez tuvo respeto, valores, prudencia, cautela, amabilidad y verdadera moral, pues con solo salir a la calle y no hacer nada más que sentarse en una parada de bus de forma expectante  con los sentidos bien activos y sin involucrarse con el entorno más allá de la profunda percepción del mismo, para observar la cantidad de faltas, anomalías y vejaciones al sentido común y el reconocimiento de autoridades y leyes que se hicieron para regir el comportamiento de las sociedades, y no sólo tiene que ser algo normado o establecido, simplemente el resguardo de la vida misma y la prudencia de evitar un altercado quizá con resultados terribles por un simple y torpe acto. Si se observa detenidamente una intersección de vías en la cual hay varios semáforos que determinan en qué momento le corresponde el paso a los automóviles que circulan por cada vía, es típico observar 2 cosas: La primera de ellas es que en lo general se hace caso omiso de lo que indique la luz en especial. Si está encendida en rojo, a los conductores les basta con observar fugazmente si viene algún vehículo a una velocidad que pueda ocasionarles el desagradable acto de frenar y siquiera pensarlo si tienen que detener su vehículo,   luego  prosiguen  la conducción a toda marcha pues he de suponerse que si usted se detiene respetando lo que indica la señal del semáforo el vehículo que se encuentra inmediatamente detrás de usted comenzará a tocar la bocina de forma desesperada pues parece que usted es tan imbécil  que es incapaz de darse cuenta que él esta apurado y que si no vienen vehículos en los sentidos opuestos a la dirección a la que usted se dirige al momento de cruzar la intersección pues es obvio que debe seguir a toda velocidad sin darle ninguna importancia a las señales de tránsito. En segundo lugar usted deberá estar completamente atento a su entorno, pues si es usted un anormal que decide cumplir con las leyes de tránsito y usar el sentido común cumpliendo con detener el vehículo como lo indica la luz roja del semáforo, al disponerse a retomar la marcha debe tomar en cuenta los 9 o 10 vehículos que luego de que se les dispuso la luz roja seguirán de largo a toda marcha llevándose por el medio todo lo que se interponga ya que éstos conductores permanecen empecinados en saber  cuál es su afán de hacerlo detenerse, si a la final ellos con solo una miradita ya saben si viene o no algún auto que pretenda cruzar la intersección al momento que realmente le corresponda la luz, y algo muy importante no se le ocurra a usted hacerles algún llamado de atención pues lo menos que recibirá será el insulto de su vida y además eso le pasa por idiota pues sólo usted se cree que es perfecto y barato le saldrá la osadía de haber pretendido hacerle reflexionar a semejante animal si no recibe usted un golpe o un disparo.
Continuando con el avistamiento de los sucesos extraños que acontecen a diario desde mi punto de observación, entiéndase la parada de bus, se puede contemplar otro típico incidente el cual describo a continuación: resulta que es usted un peatón que decide atravesar una vía, llega usted al borde de la calzada primeramente, luego observa el paso peatonal que esta demarcado en el asfalto por el cual se supone usted debe atravesar la vía para llegar al otro lado, posteriormente usted se percata si el semáforo está en luz roja para los automóviles de manera que pueda usted avanzar sin ser arrollado, al menos esto es en teoría,  y por último prosigue su paso y cruza la calle siendo aun cauteloso de que no venga algún despistado y se pase de largo, ahora bien, todo esto es como sacado del manual del uso normal de la razón; pero que es lo que sucede en la práctica, pues lo describo: al llegar al borde de la calzada usted trata de identificar donde está el paso peatonal señalizado en el asfalto pero resulta que no puede divisarlo porque aunque ha sido afortunado por encontrar un semáforo donde algunos autos se detienen al estar el semáforo en luz roja todos ellos están apilados sobre el rallado que indica el paso peatonal haciendo que usted tenga que sortear una especie de carrera de obstáculos entre motos, autos, basura y demás artilugios para poder emprender la marcha, luego de esto usted intenta atravesar pero al dar los primeros pasos se da cuenta de que todos los autos intentan arrollarle, así que usted se voltea a observar el semáforo e incrédulo se da cuenta de que está en rojo lo cual quiere decir que le es permitido cruzar, pero que osado es usted y aparte que animal que no se da cuenta que los autos deben emprender la marcha justo antes de que la luz se ponga en verde por tal razón deben empezar a acelerar antes de que cambie la luz para así ya poder estar del otro lado de la vía al esta ponerse en verde, pero resulta que ahí está usted atravesado en el medio impidiéndole retomar la marcha, entonces que debe hacer usted, pues emprender la carrera para tratar de llagar por lo menos con vida al brocal que separa los canales en ambos sentidos de la vía, luego de repetir la odisea para poder recorrer el resto del tramo que le conducirá al otro lado de la vía usted deberá sentirse un ciudadano más que anormal porque aun sabiendo todo esto tuvo usted la voluntad de pasar por el rayado peatonal.
Pasando a otro punto usted observa a las personas que esperan sudadas, cansadas y ansiosas la llegada del bus (transporte publico decadente, maloliente y en mal estado, con un sonido ambiente de reggaetón o vallenato a todo volumen,  que le cobrara por hacer placentero el viaje hasta su destino), pues observas a dos o tres personas que intentan poner un poco de orden y comienzan a hacer una fila justo donde calculan se detendrá el transporte,  otros están desperdigados por doquier, hablando por el celular o mandando mensajes de texto por supuesto entre más andrajoso y repulsivo sea el personaje más caro es el teléfono celular que posee, y así pasa el tiempo hasta que se perfila a la distancia el transporte, un par de ellos emprende la carrera enfilados en dirección al bus y se coloca a unos 10 metros de la parada ondeando como loco los brazos exigiéndole que se detenga, el bus se detiene y estos suben, por supuesto los que esperaron a que se detuviese en la parada empiezan a protestar por lo ocurrido pues el mismo ya venía atestado de gente incluso guindando de las puertas, el bus se aproxima a la parada y las personas que hacían fila se preparan a abordar pero resulta que el vehículo no se detiene justo donde ellos están sino mucho después, así que los que estaban desperdigados cada uno haciendo lo propio pero no en la fila comienzan la carrera y entre golpes, traspiés, insultos y arañazos se sostienen como pueden de alguna pieza del bus y así empiezan a vociferar que emprenda la marcha, resultando que los que hacían una fila no pudieron abordar la unidad pues como ya lo dije antes son unos animales por pretender imponer un poco de orden y cordura.
Y voy a cerrar éste capítulo aquí para no hacerlo cansón, luego proseguiré con la narrativa de mis observaciones de lo cotidiano y reflexionando sobre los pesares de los seres normales que aun quedamos sobre la tierra y que debemos desenvolvernos en un mundo plagado de irracionales y mentes alienadas.

1 comentario:

  1. si,se han perdido los valores y no solo en Venezuela,es a nivel mundial creo.Muy buena nota!!!

    ResponderEliminar